Era el día del padre, un gran momento para atrapar un mega dorado, así que decidimos irnos de pesca deportiva en Panamá.
La pesca deportiva en Panamá, particularmente pesca de aguas abiertas, es una actividad que mejora aún mas entre los meses de Junio a Noviembre. En otras palabras, la temporada lluviosa. Con las lluvias, los ríos botan al mar material orgánico y diversas basuras, por lo que las corrientes donde viven grandes especies se marcan con claridad.
Empezando nuestro día
Zarpando de Ciudad de Panamá, tienes varias islas y zonas de pesca para elegir. Teníamos tiempo de sobra, así que podíamos ir lejos. Nuestra principal zona deseada era el Archipiélago de Las Perlas, este grupo de islas se extiende de norte a sur. Las principales y más visitadas islas se encuentran en el norte. Sin embargo, si deseas aumentar el tamaño de tu captura, considera apuntar más al sur. Ahí, encontrará aguas más profundas y más expuestas al sur del abierto Océano Pacífico.
Colocamos como punto de referencia en nuestro sistema de navegación GPS la Isla Pedro González, más precisamente el famoso punto Niágara. Ésta es un bonito arrecife de mar abierto, rodeado por un promedio de 250 pies y en las partes menos profundas puede alcanzar hasta 20 pies. GENIAL para todo tipo de especies. Pedro González y la roca Niágara se encuentran justo en el medio del archipiélago de las Islas de las Perlas, punto a unas 45 millas náuticas de Panamá.
Durante el cruce, definitivamente pasarás por buenas zonas de pesca como la caída detrás de isla de Taboga, la famosa caída de 20 Fathom. Será difícil evitar la tentación de tirar líneas en este punto. Sin embargo, el recorrido es largo y el tiempo que te ahorras en éstas áreas más cercanas puedes aprovecharlo en tu objetivo más lejano.
Primera captura del día
A unas pocas millas náuticas de Pedro González vimos algunos delfines nadando en la proa del bote. Esto significa que están jugando, no pescando. Una clara señal de ausencia de actividad en el área. De repente, todos cambiaron su curso y se dirigieron hacia algunas aves que se alimentaban. Sabíamos que había peces alrededor, así que bajamos la velocidad y tiramos líneas.
Nuestro primer pique ocurrió solo unos minutos después de lanzar las líneas. La captura se fue hacia abajo. Definitivamente era una especie pelágica, la pelea tomó 10 minutos hasta que vimos el color, principalmente gris y negro. Cuando se acercó vi un brillo dorado amarillento. ¡Oh sí! ¡Estábamos a unos segundos de tener una noche de sushi! El atún aleta amarilla aterrizó con seguridad a bordo.
Finalmente, nuestro mega Dorado
El ambiente a bordo era eléctrico. Seguimos dando vueltas pero la acción desapareció por completo. Llegamos al arrecife de Niagara y decidimos buscar carnada viva para luego navegar aún más al sur de Las Perlas, donde está isla San José.
En el lado oeste de San José hay una zona famosa llamada Ensenada de Bodega. Es famosa por la buena pesca que se da a sus alrededores. Este fue nuestro próximo destino. Sin embargo, en el camino notamos que se acercaba una lluvia y, con el beneficio estar en una lancha rápida, tomamos la decisión de volver a navegar a mar abierto. Principalmente para evitar la lluvia. Pero también para tomar ventaja y navegar más de cerca de la principal caída continental de Panamá.
El mar estaba un poco agitado, difícil de detectar corrientes y tener acción en el agua, sin embargo, sabíamos que estábamos en una buena área. Decidimos lanzar líneas una vez más y hacer trolling por un tiempo. Comenzamos a perder la esperanza y, con un pescador mostrando signos de mareo, ¡de pronto sucedió la magia! Un gran dorado macho picó un tapón de cedro que teníamos en el agua en busca de atún. Mordió un buen señuelo, con un líder de metal, una caña gruesa y mucha línea para una buena pelea.
¡Muchos saltos, peleas, descansos, nados explosivos hacia las profundidades para finalmente rendirse y dejar que nuestro pescador tomara la línea y suba al gigante toro Mahi a bordo!
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