El día comenzó temprano y salimos en busca del Pez Gallo. Cuando se pesca en Panamá, como en cualquier lugar del mundo, entre más temprano empieza la acción, mejor. A las 5:50 am nos dirigíamos a nuestra zona de pesca y, al acercarnos al archipiélago de Las Perlas, encontramos algo de carnada, así que decidimos trollear (pesca al curricán). Cinco minutos después tuvimos nuestro primer pez, un tuna bonito pacífico grande. Como nuestro objetivo era pescar con carnada viva, recogimos líneas y continuamos navegando hacia las islas.
Al llegar, una tormenta golpeó y nos movimos hacia a una isla en busca de refugio. Cuando llegamos a la costa de la isla, obtuvimos algunos algo de carnada viva mientras cesaba la tormenta. Luego, pusimos rumbo a Punta Cocos, que es un conocido banco de pesca, pero retrocedimos porque el viento estaba aumentando.
¡Tenemos nuestro primer pez!
Cuando cesó la tormenta, no teníamos la menor duda de que íbamos a encontrar algunos peces grandes alrededor de la Isla del Rey, la isla más grande del archipiélago. Luego comenzamos a sondear el fondo en busca de un poco de acción y encontramos un lugar a 60 pies de profundidad. Dejamos caer la carnada y esperamos 30 minutos y, mientras discutíamos sobre cambiar los puntos, la caña simplemente se disparó. ¡Teníamos algo grande en la línea! Fue una buena pelea de 15 minutos hasta que finalmente vimos el pez, un gran Bojalá de 25 libras, justo lo que estábamos buscando. Con entusiasmo, pusimos nuevas carnadas y re posicionamos el bote, pero no obtuvimos más piques allí.
¡Doble captura simultánea de pez gallo!
Una vez más estábamos sondeando el fondo y buscando un nuevo lugar. A unas 6 millas del lugar anterior encontramos algo de acción, a 50 pies de agua. Con nuestros últimas dos carnadas, sabíamos que el viaje estaba llegando a su fin, sin embargo, nunca esperábamos lo que iba a suceder. Dejamos caer las carnadas y decidimos que solo daríamos 20 minutos más antes de partir. Por sorpresa, 5 minutos después de que una de las cañas se disparó. Cuando decidimos quién lo tomaría, la otra vara también se disparó, y comenzó la batalla.
No teníamos idea de lo que estaba al otro lado de la línea. La lucha continuó durante unos 20 minutos hasta que vimos algo de color, y la adrenalina se disparó: fue el primer pez gallo que ninguno de nosotros había atrapado y para mejorarlo, ¡atrapamos a dos!
Montamos a ambos peces a bordo, tomamos algunas fotos y los soltamos rápidamente. En conclusión, este viaje fue increíble y, a pesar de que tuvimos que cambiar nuestro curso a mitad de camino debido al clima, todo fue un éxito y volvimos a casa muy felices y con ganas de que nuestra próxima aventura comenzara. ¡Pescar en Panamá siempre es un placer!
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